martes, 16 de junio de 2015

Monasterio "La huerta de los frailes"


Descripción

Aunque actualmente está casi derruido aún conservan parte de su grandeza y simetría que lució antaño. Se divisa sobre un prado rodeado de flores y pinares.
En su interior las paredes se encuentran profanadas y con pintadas de rituales satánicos...



Sus pasillos están cubiertos de escombros y el acceso a la planta de arriba es casi imposible ya que no existen escaleras para poder acceder, el suelo de dicha planta está lleno de agujeros, aún así las escaleras para acceder a la azotea esta intactas, desde lo alto se divisa todo el prado verde.





                                                 Datos Históricos

El monasterio se fundó en 1620 para el internado e iniciación del noviciado de monjes franciscanos y dominicos.
Se habla de una donación en forma de alimentos que hizo el ayuntamiento para evitar que los monjes muriesen de hambre.
No existe ningún documento existente sobre la historia de este convento, hasta hace poco...
El monasterio empezó llamándose huerta de los frailes, mas adelante huerta de San José actualmente su nombre mas popular es el monasterio maldito o del diablo.

                                                       Leyendas


Existen varias leyendas sobre el monasterio maldito:

  • Cuentan que su historia oscura comienza en la década de 1940 en aquellos años los monjes tenían que conseguir alimentos cultivando el huerto criando animales, pidiendo limosna y comida por las calles.


Pero las tierras del monasterio no daban frutos, los vecinos se negaban a dar limosnas a los monjes (época postguerra). Los frailes se vieron obligados a robar en las huertas cercanas para poder sobrevivir. Regresaban a media noche magullados y con la ropa rasgadas. Los monjes fuerón denunciados repetidamente por los vecinos a la iglesia,

 


No sabemos si este fue el motivo del cierre del monasterio pero sobre los años 50 fue abandonado sin previo aviso y vendido.Se cuenta que dicha venta fue el resultado vengativo de un prior que había sido trasladado al noviciado en contra de su voluntad y juró que si llegaba a ocupar un alto cargo vendería el monasterio...

  • Testimonio del fraile: Juan Rodrigo Perea (Recogido de Internet)




"Yo señores, me hice fraile Dominico en el convento De S. José, donde entré al noviciado hace ya tres años poco más.  Yo señores , no sé cómo ocurrió, que en la mañana del 2 de noviembre del susodicho año, cuando desperté, no encontré la puerta de mi celda abierta como era la costumbre (Pues como ustedes saben todas las noches nos echan llave y cerrojo) y creyendo que era aún muy temprano, me entregué a profundas meditaciones.


Después de esperar mucho rato, sentí por fin unos paso débiles que provenían del pasillo y que venían a morir justo en la puerta de mi celda. La puerta, de un suave golpe, quedó abierta; pero cuánto fue mi sorpresa, cuando pude comprobar que detrás de ésta no había nadie ……. Entonces fue cuando pensé que quizá la misa primera ya hubiese empezado, y me hubiese quedado dormido y castigado, pero al ver las puertas de las celdas de mis compañeros estaban abiertas de par en par, quédeme pensativo un momento, para después salir corriendo hacia la capilla. Cuando llegué a ésta, no vi a nadie, y entróme un calor desde la garganta hasta el pecho, cuando oí unos lamentos a media voz que al parecer provenía de la cocina que estaba al lado de la capilla……….Cuando llegué a la cocina, los quejidos se oían mas fuertes dentro de mí, que pensé que era yo mismo el que los producía. Pero pronto me di cuenta, que el lugar de su procedencia era el sótano y sin poderlo remediar, me vi no sé como bajando sus empinados escalones. Y maldita sea, señores, maldita sea el momento en el que entré en aquella habitación, pues al entrar encontré al Padre Prior y a los demás frailes colgados de los ganchos donde solíamos colgar los cerdos, jamones y chorizos. 



Yo señores, al ver aquel marco infernal y sangriento, comencé a ver unos seres pequeños, que apiñados alrededor de los cuerpos muertos, comían sus carnes. En aquel momento sentí un desmallo pasajero, y pude ver señores, como los seres que antes os había hablado se reunían en uno sólo, de aspecto repugnante. Mirándome me dijo estas palabras; “Te dejo vivir, para que proclamaras mi venida al mundo”. Entonces, un fuego comenzó a propagarse por el sótano…. No pude mover músculo alguno, para moverme y salir corriendo, y cuando pude hacerlo, la misma voz que referí anteriormente, me volvió a decir; “ve y di que Satán está aquí”…..

el Alguacil Alonso Sans de Heredia, en su relato nos habla del momento del enterramiento de los monjes asesinados y explica referente a un hecho insólito y no menos estremecedor. Cuenta que en el momento del enterramiento, realizado en los terrenos del sótano, y delante de muchos paisanos de Carmona fueron testigos de “un sobrenatural fenómeno”. Este consistió en un oscurecimiento del cielo, y entre dos columnas de fuego, la visión de un rostro horrible en forma de alimaña. Más tarde, en un fulminante rayo, descendió una blanca luz y de ésta bajo un ser en forma más humana. Comenta que todo el mundo salió despavorido un intento de exorcismo por parte del pueblo en el cual cayeron muchas más víctimas de manos del mismísimo diablo.


Después de aquellos hechos se mandó sembrar con sal el lugar para alejar al demonio y desposeer de todo mal aquel lugar sagrado.  
Por una Bula Papal, se ordenó a la ciudad de Carmona que durante dos años fuesen dadas misas y procesiones.
Todos estos sucesos están escritos y firmados por el arzobispo de Jeréz de la época dándole una credibilidad incuestionable de lo sucedido allí en el siglo XVII.


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